La IA «democratizada», como la que estamos viviendo actualmente, posee un enorme potencial disruptivo en nuestra sociedad y en los procesos productivos. ¿Podemos estar ante la presencia de una nueva Revolución Industrial? Para un mejor entendimiento de este dilema, resulta interesante retomar algunos conceptos sobre la evolución de la sociedad y las revoluciones industriales.

Sociedad 1.0, la caza

Margaret Mead fue una antropóloga que, a partir de la pregunta de un alumno, definió que el primer indicio de vida social lo dio un fémur cicatrizado. Se necesitan 6 semanas para curar una fractura de fémur.  Sin el mínimo apoyo, un animal en esa situación no logrará huir de sus depredadores, o buscar alimento y agua para sustentarse durante el proceso de sanación.  Para sobrevivir, hace falta el apoyo de un grupo que te proteja, alimente y espere hasta la recuperación.  De esta manera, el fémur cicatrizado más antiguo nos da una idea de cuándo comienza la sociedad humana. 

En aquel entonces, las tecnologías disponibles eran mínimas; el fuego y las herramientas más rudimentarias. El poder económico radicaba en la habilidad y en el coraje del cazador.

Sociedad 2.0, la agrícola

El primer gran salto evolutivo llegó con el desarrollo de la agricultura, que posibilitó mayor productividad en la producción alimentos y en la fijación de grupos sociales más grandes.

Los grupos humanos fueron creciendo en magnitud, surgieron los primeros imperios, se fueron desarrollando las habilidades técnicas, pero los medios de producción siguieron dependiendo de la fuerza humana o de la tracción animal. Si bien existían ciudades y funciones burocráticas y administrativas, la gran masa de la población vivía en el campo y dependía de la producción para su subsistencia. El poder económico estaba en manos de quienes dominaran la tierra. Y esto cambió únicamente a partir de una innovación disruptiva que trajo aparejada una enorme transformación social.

La Revolución Industrial y la Sociedad 3.0, la industrial

En el Siglo XVIII, el desarrollo de la tecnología trajo la máquina de vapor, capaz de superar a la fuerza animal. Eso posibilitó dos grandes movimientos.

La creación de las industrias, y a partir de ello se generó un gran éxodo del campo a las ciudades, y la sociedad pasó de ser agraria a urbana, centrada en la producción masiva de bienes.

La creación de los ferrocarriles, reduciendo drásticamente los tiempos de traslado y la velocidad con la que la información llegaba de un punto a otro.

El poder económico migró de la posesión de tierras hacia el dominio de la industrialización.

Electricidad, la Segunda Revolución Industrial

Con el vapor, era necesario transferir la energía de manera mecánica, obligando a la producción a estar cerca de su fuente de energía. Este modelo perduró durante casi dos siglos hasta el desarrollo de la electricidad. 

Las hidroeléctricas constituyeron un gran avance en dirección a la sustentabilidad, sustituyendo al carbón. Con la electricidad, se podrían producir y transmitir cantidades aún mayores de energía a largas distancias, lo que permitiría una aceleración cada vez mayor de la capacidad industrial y su descentralización. 

La energía eléctrica también se podría utilizar para la iluminación y los turnos de producción se extenderían hasta bien entrada la noche. En cuanto a las comunicaciones también llegó el telégrafo, mediante el cual la información viajaría incluso más rápido que a través del tren. 

La electricidad trajo una mejor calidad de vida y productividad, aunque el poder económico seguía en manos de las industrias.

Electrónica, la Tercera Revolución Industrial

El electrón se descubrió en 1897. El siglo XX se desarrolló junto con la mejora de los circuitos electrónicos, que llegaron a las telecomunicaciones y a las computadoras. 

Juntas, las telecomunicaciones y la informática aceleraron el desarrollo de nuevas tecnologías en diferentes áreas. La computación gráfica simplificó los procesos y dio origen a nuevas posibilidades para las artes, la arquitectura y la ingeniería. La medicina avanzó en el desarrollo de fármacos y en el control estadístico de los test de medicamentos. Las telecomunicaciones, junto con la radio y la televisión, crearon un nuevo mercado de entretenimiento. 

Si bien contribuyó a producir más ciencia, la tecnología desarrolló una sociedad cada vez más voraz y dependiente de los datos. 

Después de un largo ciclo, la sociedad estaba consolidando un cambio y trasladando el poder económico del dominio de la industria al dominio de la información.

La Cuarta Revolución Industrial y la Sociedad 4.0, la de la Información.

La digitalización de productos y procesos abrió el espacio para los medios de producción donde la información es más importante que el activo de producción en sí, definiendo la Cuarta Revolución Industrial. Surgieron empresas, entre otras, como: Uber, un gigante del transporte sin vehículos; Airbnb, un gigante hotelero sin habitaciones; Amazon, el gigante de los libros sin libros que luego también se apoderó del comercio y de las tecnologías de la información. 

El desarrollo de la Internet, en tres grandes fases, es un factor clave para este período.

WEB 1.0: Una réplica del mundo físico con la información monopolizada, tanto por su control como por su creación, por unos pocos grupos mediáticos. Era el comienzo de la herramienta y aún había mucha incertidumbre sobre sus aplicaciones y modelos de monetización. 

WEB 2.0: Surgieron las redes sociales y se difundió la creación de contenidos entre los usuarios. El control de la distribución quedó en manos de unos pocos administradores de redes sociales, que también monopolizaron la monetización de la información disponible sobre los hábitos de sus usuarios. La introducción de los smartphones creó las condiciones para el consumo de contenido web 24/7. Se desarrolló el comercio electrónico y la vida, la atención y el consumo de las personas pasaron a estar centralizados en sus pantallas. 

WEB 3.0: Un movimiento que todavía estamos viviendo en su etapa incipiente. Con blockchain y NFT, los usuarios no solo se convierten en creadores de contenido en la web, sino que ahora pueden controlar directamente la posesión y distribución de ese contenido, cambiando el equilibrio de fuerzas que coloca a las grandes redes sociales en la cima de la cadena WEB 2.0. 

La web se ha consolidado como la base de la Sociedad 4.0, caracterizada por la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas. Tecnologías como Internet de las cosas (IoT), inteligencia artificial (IA), robótica avanzada y realidad virtual/aumentada desempeñan un papel central. La adquisición, el transporte y el procesamiento de datos son elementos clave para una economía centrada en la innovación digital donde la personalización y la customización son comunes. 

Para aprovechar las oportunidades de este mercado, las empresas necesitaron transitar por los caminos de la Transformación Digital, adaptando sus estructuras y procesos para satisfacer las demandas del nuevo consumidor. La demanda de infraestructura digital capaz de conformar las nuevas necesidades de esta sociedad apenas comienza.

IA, ¿la Quinta Revolución Industrial?

Objeto de estudio desde el inicio de la computación electrónica, la Inteligencia Artificial tuvo durante mucho tiempo su acceso restringido a pocos, exigiendo grandes volúmenes de un poder computacional muy oneroso. La reducción de costos y el aumento del poder computacional de los smartphones, así como el desarrollo de la infraestructura de la nube posibilitaron democratizar el acceso a la IA.

Hoy en día están surgiendo servicios gratuitos de IA que cualquier persona puede utilizar para escribir textos, generar diseños, audio e incluso imágenes fotográficas. Aplicaciones, como Adobe Photoshop y el paquete de Office, ya hacen uso y abuso de funciones basadas en IA. Los asistentes personales, como Alexa, que alguna vez fueron meras interfaces de voz para comandos simples, en breve incluyeron la capacidad de dialogar de manera muy natural con sus propietarios.

Es cierto que el uso masivo de la IA debería producir un nuevo salto productivo. Combinada con modelos de trabajo híbridos, Cobots (robots cooperativos) y otras tecnologías, deberían producir fuertes cambios en el proceso productivo, reemplazando funciones y creando nuevas profesiones. En este sentido, podríamos decir que la IA representa una quinta revolución industrial. Otros, sin embargo, todavía sostienen que este no es el caso y que sólo estamos viendo la mejora de las tecnologías de la cuarta revolución.

En el futuro, la distancia histórica permitirá decir quién tiene razón. Todavía no somos capaces de comprender hasta qué punto se desarrollarán estas tecnologías. Los escenarios que creamos en nuestras mentes para el futuro de la tecnología deben ser tan precisos como lo fueron las descripciones que hiciera Julio Verne sobre la tecnología del siglo XX.

La Sociedad 5.0

Volviendo a Margaret Mead, la sociedad surgió como un medio para mejorar nuestra existencia como especie. Como una red de apoyo para ayudar a que más personas tengan mejores condiciones de vida. A lo largo de los milenios que separan al primer fémur cicatrizado del ChatGPT y de Bard, la humanidad y la tecnología han evolucionado juntas. Los seres humanos moldean la tecnología para su beneficio, y la tecnología moldea a los humanos y su estilo de vida. Durante un largo período, los beneficios económicos derivados de los avances tecnológicos se produjeron a costa de fuertes impactos ambientales y grandes desequilibrios sociales.

El concepto de Sociedad 5.0 surgió en 2016, cuando el gobierno japonés lanzó un proyecto para utilizar la tecnología en favor de la humanidad. En la Sociedad 5.0, el foco del desarrollo tecnológico no consiste simplemente en aumentar la capacidad productiva, sino en mejorar el bienestar de las personas y su calidad de vida mediante la resolución de problemas complejos. Los problemas a abordar incluyen la reducción de las emisiones contaminantes, el aumento de la capacidad de producción de alimentos y la disminución del desperdicio, la producción sostenible y la reducción de la desigualdad de ingresos.

El mayor desafío no es técnico, sino que está en nuestra capacidad para movilizar a autoridades, corporaciones y ciudadanos en torno de este tema. Las principales tecnologías que posibilitan la sociedad 5.0 ya existen. Inteligencia Artificial, Drones, Smart Home, Vehículos autónomos, computación en nube. Nuestro mayor desafío sigue siendo revertir una mentalidad individualista hacia una visión de creación conjunta y colaboración, sin caer en los errores de los sistemas políticos y económicos actuales y del pasado.

Las empresas y sus líderes tienen un poder y una responsabilidad en este escenario. Sin duda es una disrupción y debemos repensar la manera de obtener resultados con las nuevas reglas de juego. La única certeza, por el momento, es que este juego se disputará sobre la infraestructura digital.

Autor:
Yuri Menck
Marketing Manager
Cirion, Brasil

Graduado en Ingeniería Industrial Eléctrica (UTFPR), con posgrado en Gestión de TI (Unicenp) y MBA en Gestión Ejecutiva (Insper/SP). Siempre se desempeñó en el mercado de la tecnología de la información y de las telecomunicaciones. En la empresa desde el 2000, ocupó posiciones en áreas técnicas y de productos, y desde 2008, lidera el equipo de Marketing Estratégico y Comunicaciones en Brasil.

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