Según diversos estudios, aproximadamente el 2% de la electricidad que se produce en el mundo es consumida por los data centers. La evolución de las nuevas tecnologías, el avance de la transformación digital y el incremento exponencial en el uso de datos y aplicaciones podría hacer que esa cifra crezca hasta cuatro veces a nivel global para 2030. El aumento podría ser mayor en Latinoamérica, que viene ligeramente demorada en su curva de crecimiento.
Los data centers globales con altos niveles de disponibilidad, amplia cobertura y un uso eficiente de la energía representan una oportunidad inédita de desarrollo económico y tecnológico.
Las empresas de esta industria deben tomar algunas acciones en lo inmediato. El desarrollo de prácticas responsables a través del despliegue de estrategias ESG (siglas en inglés por acciones, ambientales, sociales y de gobierno corporativo) es el primer paso para garantizar una mirada sostenible en el mediano plazo, metas claras de disminución de la huella de carbono y las métricas necesarias para corroborar que se está en el camino correcto.
Las iniciativas deben abarcar tanto la construcción de nuevos data centers como la gestión, la operación y la entrega de servicios de los ya existentes. Entre las mejores prácticas para reducir el consumo se cuentan las tecnologías de disco de estado sólido, mucho más eficientes, el archivado para no mantener online información que no debe ser accedida con frecuencia, la virtualización de todo lo que se pueda y la deduplicación de datos para ganar eficiencia en las operaciones de backup y almacenamiento.
La inteligencia artificial, por su parte, está llevando a nuevos niveles de decisión basados en datos para optimizar la necesidad de servidores que se mantienen encendidos o la distribución de cargas de trabajo.
Eficientes desde el momento cero
Desde el punto de vista de los data centers nuevos, es fundamental pensar en arquitecturas y tecnologías eficientes desde un primer momento. El hecho de que los datos estén cada vez más distribuidos motiva la adopción de infraestructuras de tipo edge que necesitan instalarse lejos de las grandes ciudades. Los data centers incrementan su capilaridad y su cobertura. Por eso, también es importante elegir con cuidado el sitio donde va a ser instalado, asegurando que habrá energía disponible para su desarrollo, con énfasis en la disponibilidad de energías limpias o renovables.
Los países de Latinoamérica recién están evaluando la incorporación de las renovables en sus matrices energéticas. Sin embargo, hoy ya se pueden tomar medidas más acotadas, pero igualmente de alto impacto. Por ejemplo, la incorporación de energía solar para nodos de transmisión intermedios de la red, que como tienen un menor consumo pueden abastecerse de esta manera. De todas formas, hay expectativa en la industria sobre el avance de nuevas tecnologías renovables, como el hidrógeno verde. Seguramente, en cuanto alcance un nivel de madurez adecuado podrá ser muy bien aprovechada para alimentar data centers.
Otro punto característico de la región y que requiere de una evolución normativa es que, en líneas generales y salvo algunas excepciones puntuales, existe un único proveedor de energía para cada región geográfica. Esto hace que los jugadores de la industria no puedan acceder a redundancia de prestadores eléctricos de energía, aunque sí a conexiones con diferentes subestaciones de un mismo proveedor. Esto representa un desafío adicional en términos de diseño, construcción, operación y desarrollo de planes de contingencia para garantizar una alta disponibilidad.
Para pensar un futuro de data centers altamente sostenibles, es necesario fomentar el libre mercado de energía en cada uno de nuestros países y un mayor fomento a las energías renovables. Para eso, es esencial un trabajo conjunto y colaborativo que involucre a los gobiernos de los diferentes países, a las utilities y, por supuesto, a las empresas que forman parte de esta industria. Una vez más, y tal como lo indica la definición de sinergia, el todo suele ser mayor que la suma de las partes.
Autor:
Gabriel del Campo
VP Data Center, Cloud & Security
Cirion Technologies