Según el DANE, más de 11 millones de colombianos forman parte de la población económicamente activa, y cada vez más jóvenes optan por carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Por otro lado, proyecciones basadas en datos del Banco Mundial y del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES), estiman que, en 2025 entre 56.000 y 58.000 colombianos se graduarán en programas de ingeniería, manufactura y construcción, lo que representa cerca del 20 % del total de egresados universitarios. Este dato no es menor, se trata de una generación de profesionales que no solo dominan herramientas digitales, sino que entienden su poder para transformar industrias completas.
Desde Cirion, hemos sido testigos directos del potencial de los profesionales colombianos. En nuestras operaciones en el país, el talento local ha sido clave para el desarrollo de soluciones de infraestructura, migraciones a la nube y proyectos de ciberseguridad a gran escala. Colombia no solo aporta capital humano altamente calificado, sino también resiliente, creativo y adaptable a entornos dinámicos.
Este potencial ya se traduce en avances concretos. En los últimos dos años, iniciativas de algunas empresas privadas lideradas por ingenieros colombianos han logrado desarrollar robots desinfectantes de alta precisión y laboratorios móviles para trasplantes, posicionando al país como referente en innovación aplicada a la salud.
Igualmente, desde el sector público, proyectos como SaludTIC, impulsado por el Ministerio TIC, han permitido monitorear en tiempo real a miles de pacientes en zonas rurales. Al mismo tiempo, programas como Talento Tech han capacitado a más de 113.000 colombianos en habilidades clave como programación, inteligencia artificial y ciberseguridad. Estos casos evidencian cómo el talento nacional está dejando de ser solo operativo para convertirse en creador de soluciones con impacto regional.
El auge de las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el Internet de las cosas y la analítica avanzada, requiere más que conocimientos técnicos: demanda pensamiento estratégico, habilidades blandas y visión de largo plazo. La multiculturalidad del país, su capacidad de innovación en medio de desafíos estructurales y la rápida adopción de tecnologías digitales han creado un ecosistema laboral ágil y colaborativo.
Además, el crecimiento del talento tecnológico se ha visto apalancado por iniciativas público-privadas y por la llegada de compañías globales que han convertido a Colombia en un hub de servicios digitales. De acuerdo con cifras de Invest in Bogotá presentadas en 2024, los sectores tecnológico y BPO generaron 700.000 empleos formales en el país, de los cuales cerca del 45 % se concentran en Bogotá. Este dinamismo ha impulsado a profesionales colombianos a liderar operaciones regionales desde el país.
El reto ahora es potenciar esta capacidad. Es imprescindible fortalecer la educación técnica y bilingüe desde etapas tempranas, cerrar las brechas de género en tecnología, y fomentar modelos de aprendizaje continuo. Las empresas, por su parte, debemos continuar invirtiendo en programas de capacitación y en esquemas laborales que retengan y desarrollen al talento. No se trata solo de formar expertos, sino de cultivar líderes tecnológicos con impacto global.
Autor:
María Claudia Rey
Presidente de Cirion en Colombia y VP Sales Cluster Andino
Cirion Technologies