Aumento de amenazas y falta de recursos marcan sus agendas. Este tema es la principal preocupación de los CEO’s de aquí a tres años. Lumen identifica cuatro factores que incrementan la presión sobre las áreas de seguridad de las empresas y propone estructurar una estrategia inteligente y automatizada.
La nueva normalidad representa un conjunto enorme de desafíos en materia de seguridad de la información: el crecimiento exponencial del comercio electrónico, la aceleración de la transformación digital y fenómenos como el teletrabajo y la educación a distancia multiplicaron los puntos de acceso vulnerables en apenas un año.
Deloitte detectó que la ciberseguridad representa el principal riesgo que dicen enfrentar los CEO’s de cara a los próximos tres años (18% la eligió en una encuesta de 2021, contra un 10% de 2020).
En este contexto, Lumen identifica cuatro grandes tendencias que incrementan la presión para que las empresas avancen sobre una nueva estrategia de ciberseguridad. La primera es el nuevo escenario de amenazas: el ciberdelito es un negocio lucrativo que, cuanto más daño produce, más crece. Las barreras de ingreso suelen ser bajas y el retorno de cada acción, elevado. Black Lotus Labs, el departamento de Lumen especializado en ciberdelitos, analiza la información de la red global de la compañía en tiempo real y visibiliza las amenazas que se producen a nivel mundial. Sus últimos números indican que se descubren 680 centros de comando (c2) desde los que se lanzan ataques al mes, se rastrean 28.000 c2 al día y se desactivan 63 cada treinta días.
La segunda es la escasez de talento en el campo de la seguridad de la información: la consultora Gartner determinó que un 82% de las empresas sufre alguna brecha entre los expertos que necesita y los que dispone, y un 71% ya admitió algún tipo de impacto como consecuencia del faltante de talento.
El tercer elemento es el crecimiento exponencial de la red, que mueve un volumen de datos cada vez mayor a una velocidad más alta y distribuido por más puntos. Hoy los hogares, re convertidos en ámbitos de trabajo, con los empleados trabajando desde allí con dispositivos hogareños poco seguros y raramente actualizados, representan nuevos puntos de acceso para los ataques.
Todo lo anterior lleva a la cuarta tendencia: la complejidad del gerenciamiento de la seguridad. Hoy los límites físicos no existen y delimitar un perímetro seguro es prácticamente imposible: cada sitio, nube o borde en el que la empresa tiene alojadas aplicaciones o datos es un punto que representa un desafío de seguridad.
Para dar respuesta a todos estos desafíos, Lumen propone su estrategia de defensa rápida contra los ataques, incorporada en su plataforma, a la que se suman servicios de mitigación de ataques de denegación de servicio (DDoS), Seguridad Administrada con equipos de nueva generación, Plataforma de correlación de eventos y Cloud WAF (firewall de aplicaciones web). “La nueva normalidad exige un esquema de seguridad inteligente -capaz de capitalizar la información ya disponible-, en el cual las soluciones son built-in, es decir, vienen preconcebidas desde el diseño de la infraestructura, personalizadas -cada empresa tiene su propia complejidad- y automatizadas, para hacer frente al enorme volumen de amenazas, imposible de analizar y gestionar por personas que, por otra parte, podrían dedicar así su tiempo y su esfuerzo a aportar mayor valor a la empresa”, concluye Pablo Dubois, Regional Security Product Manager de Lumen.