Existe una antigua  maldición china, a menudo atribuida a Robert Kennedy, que dice: “Ojalá vivas en tiempos interesantes.” Cuando la vida es un poco turbulenta, siempre encontrarás personas que desearían que las cosas fueran un poco más aburridas.  E incluso para quienes como nosotros nos ganamos la vida impulsando el cambio, podría no ser una mala meta.

Y les digo por qué.  Cada avance tecnológico importante del siglo pasado comenzó como algo realmente increíble. Los más exitosos fijan los estándares sobre nuestra forma de trabajar y vivir.  Pero con el tiempo, incluso las tecnologías más disruptivas, desde los motores a vapor hasta los viajes a la luna, se vuelven comunes. El entusiasmo se desvanece y nos encontramos distraídos por la siguiente cosa increíble.  El ciclo se repite una y otra vez.  Lo aburrido se convierte en sinónimo de éxito.

Mientras ingresamos a una nueva era industrial impulsada por cómo analizamos y consumimos datos, podemos esperar más cosas increíbles. Las que causan mayor impacto probablemente sean las que se las ingenien para tornarse en aburridas antes que el resto.  Así que, teniendo en mente lo dicho, les presento algunas cosas increíbles que podrían hacerlo bostezar de aquí a unos años.

La línea entre contenido y consumo ha desaparecido por completo.  Recientemente encontré este video en YouTube de una entrevista de la BBC, de 1999 a David Bowie, donde ofrecía algunas predicciones llamativas sobre el impacto futuro de internet. El comentarista de noticias trató de argumentar que era simplemente un «sistema de entrega» de contenido, pero Bowie esgrimió acertadamente que era mucho más que eso. Vislumbró un mundo en donde los desarrolladores y usuarios de contenido operan al unísono. Vemos que eso está pasando ahora.  Tomemos por ejemplo Internet de las cosas. Los dispositivos inteligentes requieren cantidades extraordinarias de datos en tiempo real, especialmente cuando se utilizan para tareas muy complejas, como procedimientos médicos o realidad virtual.

La resiliencia física ha sido remplazada por la resiliencia digital. Los ganadores y perdedores del año pasado han sido muy fáciles de detectar. Las empresas e instituciones que podrían hacer la transición a entornos digitales, francamente, la están rompiendo.  Recientemente expuse  que nuestro enfoque en el impacto del COVID-19 ensombrece el hecho de que hemos estado volcándonos rápidamente hacia los entornos digitales desde hace algún tiempo, porque muchas de las características que asociamos con un entorno físico se pueden duplicar a través de aplicaciones.  A las personas les resulta más fácil y conveniente utilizar una aplicación móvil para satisfacer una necesidad que desplazarse hasta un lugar físico, como una tienda minorista por ejemplo. Muy pronto, los consumidores diferenciarán las marcas que elijan basándose en las experiencias digitales (en contraposición a las experiencias físicas) que brindan sus aplicaciones.

Hemos cerrado la brecha entre necesidad y velocidad.  La 4a Revolución Industrial promete transformar nuestra forma de vivir, trabajar y prosperar a través de nuestra manera de adquirir, analizar y actuar sobre los datos.  La gente ahora espera que su conectividad de datos sea tan confiable y ubicua como nuestras redes eléctricas (algo que también pasó de ser increíble a aburrido en una generación).  Una plataforma como la nuestra está en el lugar correcto, en el momento correcto, porque su combinación de capacidad y conectividad globales proporciona una infraestructura verdaderamente única que trasciende el mero transporte de datos. Es una plataforma que entrega ideas, impulsa el cambio y redefine nuestro modo de colaborar. Pero la promesa de la 4a Revolución Industrial sería en vano si no pudiéramos movilizar todos los datos a velocidad relámpago. Con Edge computing, podemos reducir la latencia a un punto extraordinario, produciendo conectividad rápida, segura y confiable que enlaza a las empresas con sus datos y aplicaciones basados en la nube.

Puede que el aburrimiento no parezca un objetivo elevado, pero una y otra vez lo vemos como plataforma de lanzamiento para nuevas ideas.  La gente inteligente se niega a permanecer aburrida mucho tiempo.   Deles suficiente tiempo (y las condiciones adecuadas para el cambio) y seguramente sucederá algo increíble.  O como dijo una vez el famoso filósofo Ferris Bueller: «La pregunta no es» ¿Qué vamos a hacer?  La pregunta es «¿Qué no vamos a hacer?»

Artículo Original en inglés: Highlighting Some Amazing Things before They Become Boring

Jon Paul "JP" McLeary

Autor:
Shaun Andrews

Vicepresidente ejecutivo y Chief Marketing Officer de Lumen. Con casi 25 años de experiencia en tecnología, Shaun es responsable de la estrategia y de la salida al mercado de las soluciones y productos de la empresa.  Asimismo supervisa el marketing global, incluida la marca, los mensajes globales y las campañas digitales y de tecnología de marketing. Shaun se desempeñó anteriormente como Vicepresidente ejecutivo de Gestión de producto en Lumen.  Con antelación a esta función, fue vicepresidente sénior de IP y Comunicaciones en tiempo real de Level 3 Communications y se desempeñó en diversas funciones en IntelePeer, WilTel y SBC Communications

Disponible en Português (Portugués, Brasil)