Con la aceleración de la transformación digital provocada por la pandemia, llegó la segunda etapa de la era digital, que se caracteriza por la inmersión de las tecnologías en la vida cotidiana, como el Internet de las Cosas (IoT) o el uso de la Inteligencia Artificial (IA) en los hogares inteligentes, el Big Data, pero sobre todo por el papel que tendrá la tecnología en la economía.

La tecnología ha tenido un gran impacto en el aspecto económico, a través de las oportunidades que han surgido para las empresas que implementaron comercio electrónico y diversas soluciones digitales que les han permitido mejorar, amplificar y facilitar sus procesos; pero también tiene un gran impacto en las finanzas del mundo a nivel macro que aún no dimensionamos. Por ejemplo, las consecuencias no deseadas de las tecnologías emergentes, como el mal uso de los datos de los usuarios y el derecho a su privacidad o la pérdida de puestos de trabajo reemplazados por las máquinas impulsadas por la IA.

En este sentido, uno de los aspectos más importantes que debemos considerar es que en este nuevo entorno, el Blockchain se posiciona como una nueva plataforma operativa que ayuda a las empresas y la economía del siglo XXI a hacer frente a estos desafíos, sostuvo Don Tapscott, Director Ejecutivo de Blockchain Research Institute, ponente en el Lumen LATAM Forum Virtual Experience 2021: Human Progress and Amazing Technologies.

Pero, ¿qué es el Blockchain? Esta palabra que comenzamos a escuchar cada vez con más frecuencia refiere a un concepto que elimina los intermediarios en las cadenas de suministro. Es un banco de información en el que los bloques están enlazados y cifrados para proteger la seguridad y privacidad de las transacciones. Es, en otras palabras, una base de datos distribuida y segura que se puede aplicar a todo tipo de transacciones, no necesariamente sólo económicas.

Gracias a esta tecnología, podremos transitar del internet de la información al internet de valor, en el que cada usuario podrá asumir y ser responsable de su identidad digital. Es decir que seremos los únicos dueños de nuestros datos y privacidad, en procesos como las compras que hacemos en línea, los lugares que visitamos, entre muchas otros.

Este sistema descentralizado de bloques de código ayuda a establecer mayor confianza en la economía y revolucionará los procesos financieros del mundo.

También cambiará el papel de los bancos, que ya no solo serán intermediarios en las transacciones, sino que deberán orientar sus sistemas informáticos a adoptar una cultura financiera de cadena de bloques para ser más funcionales y seguros en sus procesos.

El Blockchain es una de las principales herramientas para diseñar el futuro en nuestra economía y tanto empresas como gobiernos deben trabajar de la mano para desarrollar contratos sociales funcionales para superar los retos actuales en cuanto al uso de datos, la bancarización de la población y la transformación digital, concluyó Tapscott.  

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